El Mensaje de la Biblia

Introducción

Para resumir el mensaje principal de la Biblia, analizaremos su contenido de acuerdo con el tema del Reino de Dios. El Antiguo Testamento comienza con la creación del mundo y el mandato a desarrollar una sociedad que vive conforme a la voluntad de Dios (Génesis 1:28). Podríamos llamar a esta sociedad el Reino de Dios, porque Dios estaría reinando plenamente en ella. Sin embargo, el pecado destruye la armonía original y corrompe la sociedad, impidiendo el desarrollo del Reino. El Gran Diluvio y la Torre de Babel demuestran la profundidad de esta maldad  y la necesidad de la salvación.

El resto del Antiguo Testamento nos presenta el Reino de Dios en una forma temporal y provisoria, a través de la nación de Israel. Israel debía ser un ejemplo de lo que Dios quería de toda la sociedad. Pero de nuevo el pecado impidió que esto fuera así. Israel fue una mera sombra del Reino de Dios. Fue como un "ensayo", por decirlo así, del verdadero Reino Eterno que establecería Jesús.

Dios empezó a establecer el Reino provisorio de Israel por medio de Abraham. Hizo un pacto con él, prometiendo:

Para cumplir esta promesa, primero el Señor crea el pueblo de Israel, haciendo una nación grande de los descendientes de Abraham, Isaac, y Jacob. Su presencia va con ellos en distintas maneras, por ejemplo: en la forma de una nube en el desierto, y después en el tabernáculo, y en el templo. Demuestra su poder de muchas maneras: liberándolos de Egipto con milagros, proveyendo para ellos en el desierto, y especialmente dándoles la victoria sobre las naciones enemigas. Finalmente, les da un país, la tierra de Palestina

En la próxima etapa, el Reino de Israel es prácticamente destruido por causa del pecado. El pueblo se divide, y Dios retira su poder y su presencia (demostrado en la destrucción del templo). Finalmente, pierden su país cuando son conquistados por otras naciones.

Esta historia trágica destaca la necesidad del Rey Verdadero, Cristo Jesús. El Reino de Dios no pudo ser establecido sin resolver el problema del pecado y sus efectos. El hombre necesita ser reconciliado con Dios y liberado del dominio del pecado, antes de que pueda desarrollar una sociedad que vive de acuerdo con los principios de Dios.

Por esta razón, Jesús vino a vivir una vida perfecta, a morir en la cruz por nuestros pecados, y a resucitar de entre los muertos. Jesús nos salva del pecado y sus consecuencias, restaurando nuestra relación con Dios y con nuestro prójimo. Cada persona que coloca su fe personalmente en Él comienza a participar en su Reino. Este plan de la salvación es el mensaje central de la Biblia.

El Reino de Jesús es eterno. El pueblo ahora incluye a los creyentes de todas las naciones. El país es toda la tierra. El poder y la presencia de Dios se manifiestan en la Iglesia y en cada creyente a través del Espíritu Santo.

Hechos 1:8 "Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra."

Este Reino eterno tendrá su culminación gloriosa cuando vuelva Jesús. La etapa final se revela en el Apocalipsis. Habrá un nuevo cielo y una nueva tierra, que durarán para siempre, donde gobierna la paz y donde no hay llanto. No hay necesidad del sol ni de la luna, ya que la gloria de Dios le da su luz. (Apocalipsis 21) No se sabe exactamente cómo será la vida en la nueva tierra, pero lo seguro es que será sin los conflictos producidos por el pecado y que será totalmente feliz. Lo más importante es la presencia cercana del Señor mismo.

El siguiente cuadro hace un resumen de las distintas etapas del Reino de Dios, con los cumplimientos de las promesas.

RESUMEN

Hagamos un resumen del tema del Reino de Dios, usando el siguiente cuadro. La línea sube cuando hay bendición positiva, y baja cuando hay corrupción.